lunes, 20 de noviembre de 2017

La sinceridad de nuestros actos



Una adoración escueta realizada con sinceridad vale más que una prolongada adoración llevada a cabo sin sinceridad y recta intención. El Profeta (que Allah le bendiga y le de la paz) dijo: “Realiza todas tus acciones con sinceridad. (Si actuáis de esa manera) incluso un pequeño número de acciones rectas es suficiente.” 
También dijo: “Allah no se fija en vuestra apariencia o en vuestras riquezas. Se fija en vuestros corazones (para ver vuestra sinceridad) y actos.” 

Alif Lam Mim. ¿Acaso piensa el hombre que se le dejará decir, “Creemos”, y que no se le probará? Probamos a los que os precedieron, y Allah está perfectamente informado de quién es sincero y de quien es falso. (‘Ankabut, 29:1-3)

Sin embargo, deberíamos comprender en su justa medida la naturaleza de la sinceridad, especialmente a la hora de prohibirnos hacer buenas obras para evitar la ostentación. A veces shaytan le susurra al hombre que no lleve a cabo una buena acción ya que no es sincero en su intención y de esta forma aleja a los hombres de las buenas obras. A veces podemos sentir que nuestras obras carecen de sinceridad, pero en esos casos, en vez de contenernos y no realizarlas, deberíamos esforzarnos por corregir nuestra intención. El camino de la sinceridad no es un camino fácil. Hay en él muchas dificultades.

Se necesita una continua vigilancia del nafs y de sus bajos deseos. Podemos llegar a una real sinceridad paso a paso.
Para ello debemos utilizar nuestra voluntad y pedir -al mismo tiempo- la ayuda divina para alcanzar esta estación. Para conseguir este fin, es importante no olvidar:

  • El recuerdo de Allah. La repetición de Sus nombres (Dikr)
  • Conocer la Sunna del Profeta (saws) -es decir, las costumbres y el Ejemplo de Rasûlullah- para poder incorporarlos en nuestra vida cotidiana.
  • Estar en comunidad. En estas reuniones podemos apreciar y conocer de forma práctica la hermandad, y aprender a preocuparnos por otros.
  • Comer sólo lo que se ha ganado de forma halal (permitida/ licita).
  • La práctica del ayuno. El ayuno refuerza nuestra parte espiritual y silencia por un rato nuestra parte animal. Ayuda a practicar mejor la caridad y a saborear la obediencia. Cuando el hombre ayuna, renuncia a sus satisfacciones personales.
  • Servir a toda la humanidad y amar a todas las criaturas que Dios creo.
  • Cuando realizamos una acción, debemos poner consciencia que no estamos solos, sino que Allah nos está observando.
Que Allah nos ayude en la tarea de ser sinceros. Amín 

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