lunes, 7 de agosto de 2017

Un derviche es un aprendiz



Un derviche es un aprendiz. 
Hay muchas habilidades que aprendemos en forma autodidacta, mientras que las habilidades del derviche se aprenden al estar en relación con un sheikh (guía) y dentro de una familia espiritual, un círculo Sufi. Siempre habrá que aprender por uno mismo, a través del esfuerzo propio, y dentro del entendimiento propio. La responsabilidad última, por supuesto, yace con nosotros, y en realidad no hay intermediario entre nosotros y Dios. Pero, sin embargo, uno no puede volverse un derviche por sí solo así como tampoco puede convertirse en un amante por sí mismo. 

La gente dedicará toda su vida a convertirse en un músico consagrado o en un atleta profesional. Para hacerlo deberán organizar toda su vida alrededor de este deseo principal. Un derviche es aquel que ha hecho de la Verdad su anhelo principal y está dispuesto a someter todo lo demás deseos y metas a este fin. Se puede hacer del sufismo un pasatiempo, un interés entre otros, pero eso no lo convierte a uno en derviche. Está bien leer mucho y conocer varias tradiciones, pero ser un Sufi es mucho más que tener una preferencia por leer libros sufis o escuchar música sufi. 

El precio del derviche es su vida entera, un compromiso total de las energías de la vida propia. Afortunadamente, en nuestra tradición no significa el abandono de una vida útil socialmente y productiva, ni la renunciación al matrimonio o la familia, pero sí significa que en todo en lo que estemos involucrados será entendido y arreglado desde la perspectiva de nuestra intención espiritual esencial. El Camino no contradice nuestra humanidad esencial. Gradualmente aprendemos que nosotros mismos no debemos retener nada. 
Como derviches nos comprometemos a un sheikh y a un linaje. Esto alcanza mano sobre mano hasta llegar a Allah. Nuestro juramento, nuestra obediencia, nuestro compromiso es con Allah, y el sheikh es un eslabón. ¿Entonces, por qué debe haber un intermediario? 
En realidad no hay intermediario si el sheikh es un sheikh verdadero y si el compromiso de uno es sincero. El sheikh en verdad es la evidencia de la misericordia y generosidad de Dios, haciendo la gracia más tangible, más inmediata. El sheikh no reúne poder o privilegio para sí mismo, sino que es el siervo del anhelo del corazón del derviche. El sheikh también puede ser el contrincante del egoísmo del derviche, llamándonos a superar nuestra timidez, nuestros miedos, nuestra complacencia cómoda. El sheikh puede ser el que diga, "Entra en este fuego, no te quemará."
Ningún sheikh es perfecto, y es particularmente en su función como sheikh que puede a veces desaparecer y convertirse en un medio puro para la gracia o sabiduría divina. Es el derviche quien ayuda a crear al sheikh, y ambos están en el proceso de aprendizaje de la relación. Debe recordarse que antes de convertirse en un sheikh uno tuvo que ser un derviche, y uno nunca deja de ser un derviche
Un día Hz. Mevlâna Rumi y Hz. Shams Tabrizi estaban sentados juntos en intimidad espiritual y conversación. Un mensajero entró con sus noticias de que cierto sheikh en un pueblo distante había fallecido. La comunidad estaba pidiendo que enviaran un sheikh para que lo sucediera al fallecido maestro. Mevlâna dijo: “Envía a tal y tal para que sea su nuevo sheikh." Después que el mensajero se fue, sin embargo, Shams se dirigió a Mevlâna y dijo: “Tenemos suerte que sólo pidieron un sheikh. Si hubiesen pedido por un derviche, ¡tendría que haber ido uno de nosotros!”    
Extraído de "El Corazón. Un camino sufi de transformación". (The Knowing Heart, A Sufi Path of Transformation)

1 comentario: