lunes, 12 de diciembre de 2016

Sobre el conocimiento verdadero



¡Ilahi!, yo soy pobre en mi riqueza 
¿Cómo no habría de ser pobre en mi pobreza?
¡Ilahi!, yo soy ignorante en mi ciencia 
¿Cómo no habría de ser ignorante en mi ignorancia?

Iláhi, ana l-yáhilu fi ‘ílmi 
fakáifa la akúnu yahúlan fi yáhli. 
fakáifa la akúnu faqíran fi fáqri. 
Iláhi, ana l-faqíru fi ghináia

Según un Hadiz Qudsi, Allah ha dicho: 
“¡Hijo de Adán!, entrégate a mi conocimiento y llenaré de riqueza tu pecho liberándote de la pobreza; si no lo hicieras, te fatigarás sin encontrar lo que satisfaga tus necesidades”.

Se deja todo en Sus manos renunciando a lo que el ser humano acumula a lo largo de su vida: saber y riqueza. El murid, el que se inicia en el Camino antiguo de los sufis, abandona todas sus seguridades y certezas ofreciéndose vacío al que lo ha creado, de modo que sólo Él lo llene con la riqueza verdadera y el saber verdadero. Deja atrás todos sus prejuicios, todos sus reparos, y se lanza con valor a los valles de Allah, esperando sólo de Él. Se dice entonces que se afianza en su verdadera condición: la ‘Ubudía, la dependencia absoluta de Allah. Su pobreza-faqr y su ignorancia-yahl son su Nada ante la Existencia de Allah-Uno, que espera de la Rahma de su Señor la plenitud que sólo Él comunica. La Rahma es Vida, el acto con el que Allah lo posibilita todo.

Fragmento de obtenido de IslamHoy: http://www.islamhoy.org/principal/Novedades/munaya.htm



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