lunes, 11 de marzo de 2013

Cuestionar al maestro


El discípulo no sólo no debe cuestionar al maestro; debe además realizar todos sus actos de acuerdo con las observaciones y sus instrucciones.
Nunca debe actuar sin su aprobación, ni revelar ninguno de los secretos que existen entre ellos.
Es más, es su obligación informar al maestro de todas aquellas cosas fuera de lo normal que vea estando dormido o despierto.
Queda pues claro que la primera y más importante obligación del discípulo es aceptar, sin cuestionarlas, todas las instrucciones del maestro.
También sobre este tema escribe Hãfez:
"En el camino de la casa de Laila (la Bienamada), donde acechan peligros mortales, la primera premisa es perder la razón (Majnún).
(Op. cit., gazal 1, verso 3)


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