domingo, 27 de marzo de 2011

Silenciando la cabeza, reforzando el corazón


El sufismo es la escuela para la realización de moralidades prácticas, que incluye iluminación interior, y no razonamiento; intuición y testimonio directo, y no lógica.

Cuando hablamos de moralidades, es preciso entender que no se trata de las moralidades convencionalmente vistas por la sociedad. En otras palabras, el sufí observa las moralidades de los atributos Divinos, que no deben ser confundidas con la moral y reglas convencionales de la sociedad. Expresar verdades reales es cosa muy difícil; el marco de las palabras, aún las más precisas, en su limitación, no llegan jamas a captar la perfecta totalidad de lo que significa.
Por tanto es posible que puedan ocasionar dudas y confusiones en aquellos que son imperfectos. No obstante:

Si uno no puede beber todo el agua del mar
debe beber de él hasta saciar la sed.

Todo lo que los sabios han dicho con respecto a la Verdad es de una parte cierto, pero no suficiente. El sufí afirma que el filósofo ve la totalidad absoluta a través de la ventana de su percepción limitada, con ojo sapiente pero parcial, y que aquello que percibe no es más que una minúscula parte del Absoluto, y es por todos bien conocido que una parte no puede yuxtaponerse al todo.

Mevlana Rumi, en su ilustre obra El Masnawi, cuenta la historia de un grupo de hombres en India que nunca habían visto un elefante. El elefante era exhibido en ciudades y pueblos, y un día quedó arrinconado en el establo de un lugar donde nadie había visto jamás un animal de su aspecto. Cuatro curiosos que se enteraron de la existencia de aquella maravilla decidieron verla antes que los demás. Pero ocurrió que era ya de noche y no había luz en el establo. En completa oscuridad se acercaron al animal y empezaron a palparlo. Uno, al tocarle la trompa, se imaginó al elefante como una mangera; el segundo le tocó la oreja y lo describió como un abanico; el tercero, tocándole una pata, creyó que era una columna; el cuarto le tocó el lomo y pensó que era una especie de trono. Ninguno tuvo una idea completa de lo que es un elefante. Todo lo que dijeron sobre el elefante era falso en cuando a su definición, pero hay que admitir que quienes le tocaron efectivamente se encontraban con el animal mismo. Mevlana agrega: "Si hubieran tenido una vela en la mano, no hubiera habido tanta diferencia de opinión entre ellos".

Nosotros decimos que esta vela no es otra que el sendero místico para llegar al conocimiento de la Verdad. El sufí dice que, para que el hombre sea verdadero testigo de la perfección del Absoluto, tiene que verla con la visión interior. Si comparamos el océano con la totalidad y la gota con lo parcial, el sufí dice que is imposible ver el océano por el ojo de la gota.
Es preciso que la gota se una al océano y se convierta en océano para así poder ver el océano por el ojo del océano mismo.


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