miércoles, 19 de agosto de 2009

¿Cómo Caminar?



"Los hay que vienen a mí con una demanda comparable a la de llenar un vaso, y lo lleno. Otros vienen con una demanda comparable a un océano, y yo lleno ése océano: a cada uno según su petición. "nos dice Sidi Hamza.

Así pues el Sheykh es el escanciador que derrama el vino espiritual en la copa de nuestro corazón según la capacidad de recibir y la intensidad de nuestra sed de Dios.

Esta sed aumenta a medida que vamos probando el vino: "En un cierto grado la necesidad de Dios es comparable a la necesidad de asistencia de alguien que se está ahogando y clama socorro desesperadamente. Esta necesidad destruye todo deseo que no sea Dios".

Es pues esta necesidad y esta energía las que nos mueven a caminar. Porque Dios responde a la llamada de su servidor y el socorro divino deviene cada vez más y más tangible, más y más concreto para aquél que tiene los ojos bien abiertos. Ciertas cosas que parecerían imposibles de resolver, se solucionan por ellas mismas sin que uno tenga la sensación de haber hecho un esfuerzo, y cuando uno mira hacia atrás se sorprende de constatar el camino recorrido.

No se trata de imponerse metas muy difíciles sino dejarse guiar y vigilar muy de cerca las astucias de nuestro ego. Como se dice en la Vía se trata de"hacer lo que uno pueda y un poco más". Para evitar la fijación sobre tal o cual punto es mejor dejar los sucesos en manos de Dios quedando, eso sí, firmemente anclados en las prácticas rituales.

Para aquél que quiere domar su alma no se trata de forzarla bruscamente, con el evidente riesgo de romperla, sino solamente de velar por mantener la suficiente cierta tensión espiritual para empujarla a abandonar sus pasiones. El resultado de todas maneras, siempre está en manos de Dios. Y si es que uno puede hablar de combate cuando se habla del alma pasional, tan solo se puede hablar de amor cuando uno observa la relación con la gracia divina.

Decimos que "el amor es la corona de las obras", es decir, todas las prácticas nos evocan y concluyen en una sola cosa; alumbrar y reforzar en el corazón del discípulo la llama del amor divino. Una vez que esta llama se ha alumbrado se quema toda entera, y los conceptos mismos de esfuerzo o trabajo pierden su sentido. No significa que las prácticas sean abandonadas sino que ellas se convierten en lo que realmente son: puros actos de adoración. Citando de nuevo a nuestro Sheykh,"El mar se forma y la lluvia que cae sobre él crea tal oleaje que éste desborda la costa, la arena y se lleva con él todo lo que encuentra a su paso. Al final sólo queda el mar. Sucede lo mismo el día en que Dios quiere beneficiar a Su servidor con Su Gracia; insufla en su corazón un soplo de amor ".

" Es el amor el que pone los corazones en movimiento, el que los hace actuar. El amor es la montura del espíritu y es a través de él que lo conocemos todo". "Cuando el amor habita en el corazón uno prueba el sabor de todo lo que realiza. Nada parece difícil y se saca provecho de lo que nos llega. Por la gracia del amor el velo que nos separa de la realidad cada vez es más tenue. Uno experimenta el gozo profundo de esta proximidad, y es entonces cuando es invadido por la percepción de la Belleza. Porque, verdaderamente, no hay nada más que la unidad divina. Los velos enturbian la percepción y el mundo es como una sombra efímera; la sombra no dura nada. Cuando el sol se eleva sobre un objeto crea, durante un momento, una sombra que luego desaparece. Lo mismo sucede con el mundo con relación a la Realidad".

"Quiero al amor mas que a cualquier otra cosa. Recemos para que Dios no nos lo retire".

Si las actuaciones de ciertos discípulos pueden parecer a veces extrañas, o incluso incongruentes, para aquellos que no comparten su experiencia interior, debemos esforzarnos en respetar lo que no conocemos. Si alguien realiza un trayecto de catorce horas de viaje para pasar solamente una hora con su amado/a se le puede tratar de loco, pero también se puede pensar que lo hace porque ahí encuentra algo que no lo ha podido encontrar en ningún otro lado.

No es una cuestión de querer cambiar a los demás sino de trabajar sobre uno mismo. No se trata de imponer algo a alguien sino de darse a uno mismo una regla de vida que nos ayude a liberarnos de nuestro ego. "Amad a todas las criaturas cualquiera que sea su religión, raza u opinión. Cada uno está en el lugar donde Dios lo ha puesto y a nosotros no nos toca juzgarlo. Evitad todo odio y toda forma de disensión: "Dios no visita un corazón que odia" nos aconseja Sidi Hamza.

La progresión espiritual del discípulo se traduce por un embellecimiento de su comportamiento sobre el conjunto de las cosas y los seres creados mediante la práctica del amor, el respeto, la tolerancia, el altruismo y la humildad. Jesús decía " juzgaremos al árbol por sus frutos". Si éste embellecimiento no se produce es que el discípulo tiene un problema de orientación y que su intención no es justa.
No se trata de adoptar una máscara suplementaria, otra etiqueta más a las ya adquiridas o de adherirse a un comportamiento o a unas técnicas: se trata de transformar.

Es el camino de toda una vida y este camino es ilimitado. Pero sólo una Vía viva puede ofrecernos los medios para esta transformación aunque éstos parezcan, a primera vista, irracionales; aquí no estamos hablando de la razón.

"No nos podemos fiar de la sola comprensión mental. Existe un mental sensible y un mental luminoso. El mental sensible tiene un límite y para traspasarlo hay que trabajar sobre uno y frecuentar a los hombres de Dios. Sólo Dios puede transformar el mental sensible en el mental luminoso, un mental iluminado por la luz del corazón.

La comprensión no se adquiere con los libros, sería muy fácil de reunir todos los tratados de sufismo para adquirirla. La verdadera ciencia os vendrá del interior, de vuestro corazón. Sólo el corazón comprende que nada esta fuera de Dios. La Vía entera es pura experiencia espiritual y ella se inscribe en lo más íntimo y profundo de todo el que la sigue. La Vía no es conjetura y menos aún erudición. Ella es aprehensión directa de la luz divina por el corazón; es posible ver a Dios en todas partes, no os penséis que es imposible para vosotros".

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